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sábado, 19 de abril de 2014

TU SABOR A CHOCOLATE CON CAFÉ.

TU SABOR A CHOCOLATE CON CAFÉ.

En una noche de añoranzas y rutina como cualquier otra, apenas unos días atrás, vi una chica con tu rostro y tu sonrisa, mientras bebía una taza de café moka y leía amenamente un libro.

Al principio entré al lugar como en cualquier otro día, pensando en las cosas que habían pasado y sobre todo las cosas que había perdido a lo largo de todos estos años.

Todo era normal hasta que de pronto al apartar la mirada de mi libro y mirar de reojo por el lugar hacía esa ruidosa y molesta fuente de risas y murmullos.... la vi a ella.......... como si la hubiesen enviado del cielo, o del infierno, a darme la justa bofetada que ya necesitaba....

Ahí en medio de una multitud de amigas, entre risas y revuelos estridentes pero inentedibles, la miré... y poco a poco las luces del lugar comenzaron a apagarse y las algarabías ruidosas de aquellas mujeres comenzaron a desaparecer.... hasta que dentro de mi mente sólo quedó ella.

Durante unos segundos, me paralicé de la incertidumbre, no sabía si realmente eras tu o si mi mente me estaba jugando otra broma más como había acostumbrado los meses pasados.

No podía parar de mirarla, y mientras más lo hacía, venían a mi mente todas las conversaciones que tu y yo tuvimos, las ideas que compartimos, así como los besos que nos dimos... en aquél tan sórdido y distante pasado... que a estas alturas parecía ya más bien una ilusión vaga disolviéndose en el oscuro y atemorizante brumor del olvido.

No podía quitarle mis ojos de encima, y temí en todo momento de que se diera cuenta que la estaba viendo, no sabía ni cómo actuar, y mucho menos que pensar... y de pronto mi mente se comenzó a fugar.... me puse a recordar el pasado.... nuestro pasado.... cuando te conocí....

En el primer momento en que te vi, pensé que eras un ángel bajado del cielo, me impresionó la belleza de tu mirada, la fortaleza de tu semblante, y la luz de tus ojos.
Me enmudeció la coherencia de tus palabras, la esencia poética de tus ideas, y la complejidad del laberinto interminable de tu mundo interior.

Quedé pasmado, enmudecido e impresionado, y me enamoré perdidamente de un ser al que creía distinto e inalcanzable, casi intachable, al que no podría aspirar más que para admirarle.

Así fue como te conocí, y esa fue la razón por la cual me enamoré cuando comenzaste a dejarme entrar a ese mundo por la lastima con la que en algún momento hiciste que se retorciera todo mi ser.

Traté de repararme de la impresión,  de recuperar la compostura, y me dispuse a beber mi tasa de café con sabor a chocolate, mientras la miraba de reojo y remembraba con detenimiento nuestro pasado... trataba de convencerme a mí mismo que no podías ser tu, pero en el fondo, muy en el fondo alvergaba el deseo y el convencimiento de que eras tú.

En ese breve lapso de tiempo en el que la estuve mirando durante aquél interminable crepúsculo dentro de la cafetería, reviví en tan sólo unos minutos, las pasiones y los dolores, las alegrías y las tristezas, las felicidades y las agonías que me hiciste pasar,
Pero todo eso acabó rápidamente cuando en medio de todas esas risas y barullos una de las que supongo eran sus amigas, la llamó por su nombre...... un nombre  muy diferente al tuyo... "Christina".

Poco a poco mi imaginación comenzó a bajar sus velos y casi providencialmente la luces de la cafetería se encendieron..... comencé a notar las diferencias entre ella y tú, que si el color de la piel era de un tono ligeramente diferente, que si el acento que usaba era distinto,
Que si las palabras que decía no eran tan elocuentes como las tuyas, que si su voz no era tan viva y carismática, que si su mirada no aparentaba pureza, bondad y armonía,
Mientras más la vi, más me di cuenta que no eras tú, y comenzaron a triunfar los malos recuerdos que alguna vez me dejaste cuando me destruiste por dentro,
... al hacerme ver que todo lo que tu imagen pretendía no eran más que puras ilusiones que te servían para aprovecharte de este mundo que tanto respeta, adora, aclama y se conforma con las apariencias...
Recordé esos meses de desesperación en que me hundí tras enterarme de tu verdadera naturaleza, cuando me hiciste ver que aquella mujer a la que tanto amé no era sino la fachada de una marioneta hueca y vacía.

Sin darme cuenta las lágrimas cayeron de mis ojos mientras bebía una tasa de café de moka, y al respirar ese suave aroma y tener ese dulce sabor en mis labios, recordé aquellos momentos de depresión en que solo un poco de sabor hacia la diferencia entre un día horrible y un día no tan malo.

Aquellas semanas, sino es que meses, de desesperación, me aferré al dulce aroma del café con chocolate, al llamado moka-late, que me ayudo a escribirte mil versos de amor cuando mis entrañas estallaban de alegría y pasión por ti, igual que las mil historias de agonía y decepción cuando por primera vez se me cayeron los velos de los ojos y pude reconocer tu verdadera naturaleza... tu rostro, figura e identidad.

Aquél dulce sabor se convirtió en mi defensa, en mi refugio y protección, y mientras más descargaba mis corajes, arrepentimientos y frustraciones; mientras más penaba por mis anhelos y deseos pulverizados;  y mientras más lloraba por la desilusión de haberme enamorado de un vaga fantasía de un ser inexistente...
 tu conveniente imagen....

Poco a poco ese dulce sabor fue dándome los ánimos que necesitaba y llenando el vacío que tu realidad cinceló con hierro incandescente en lo más frágil y quebradizo de mi espíritu, alma, mente y corazón,
El vacío se llenó de dulzura... la dulzura del chocolate con café que me ayudó a amarte y a vaciarme de todo el amor que te tuve, con las palabras que tanto te dediqué, y con las emociones que tanto convulsioné,

El vacío se llenó del sabor, el sabor del chocolate con café con que pude sentir y expresar un mundo de emociones, tan diversa y distintas, mientras bailábamos al son de innumerables simulaciones y mentiras, así como poquísimas pero poderosas y turbulentas verdades,

Me di cuenta que gracias a esa sabor que me hiciste sentir, después de muchos años de soledad, de muchos años de petrificación, de muchos años de parecer muerto en vida, finalmente pude sentir la vida que no había sentido jamás, finalmente pude explotar de alegría y amor un grado jamás antes conocido por el ser humano. finalmente pude hundirme en la agonía más profunda nunca antes provocada por el desengaño y la decepción de una obvia pero escurridiza verdad, y reconstruirme desde el odio, la frustración y el arrepentimiento más oscuros y recalcitrantes que no se habían vislumbrado antes, fuera del purgatorio.

Gracias al chocolate con café con que bailó mi corazón, gracias al sabor de tu ánima y vida que experimenté con todas sus dulzuras y amarguras en mis propios labios, en mi alma, en mi corazón, gracias a ese caos de contradicciones y sabores con que devolviste la vida a un corazón ya petrificado....
 es que finalmente me volví a sentir vivo.

Cuando me di cuenta de todo ello, ya me había acabado ese moka-late que estaba tomando, y sin darme cuenta, y aun con tu sabor en los labios y la fragancia de tu aroma en mis sentidos... de ese chocolate con café; ya estaba caminando hacia la mesa de aquella chica que se te parecía tanto,

Me acerqué lo más que pude a ella, la miré a los ojos, tratando de encontrar las palabras exactas que quería expresarle, se me ocurrieron muchas cosas... quería sacarme tantas cosas de encima... pero en mi corazón estaba grabado con hierro fundido el hecho de que hablarle no tenían sentido ya que lo que se me ocurría era en realidad solo para ti.
Pero ya estaba yo allí y tenía que darle sentido a la voz de mi alma para poder expresar en palabras lo que tenía atorado en el pecho.... Tenía que hacerlo. ...

Después de dudarlo por los segundos más largos e interminables que alguna vez haya experimentado en la vida, con una suave pero muy profunda y penetrante voz tan solo le dije ... "gracias por todo", como si se tratase de ti.

Ella sólo se quedó algo sorprendida, y me miró bastante impresionada y confundida. De inmediato comenzó a reírse junto con sus amigas, lo cual era obvio porque de algún modo tenía que lidiar con la impresión que le dejé, y con una voz burlona simplemente dijo "de nada", a lo que comenzaron a carcajear entre todas sus amigas.

Simplemente me dí la media vuelta y me fui tranquilo de ese lugar.

Me fui tranquilo y no me importaron sus burlas y risas porque a través de ella pude darte las gracias a ti, expresarte todo lo que tenía que expresar y que jamás fue dicho, con tres simple palabras.

 Agradecerte por ese tan maravilloso e intenso sabor tan dulce y amargo con el que embelazaste y alegraste mis días....... que para entonces solo eran deslucidos e indistingibles grises y sepias pero que de la nada llenaste de colores, contrastes, luces y sombras.

Me hiciste sentir la vida que creía ya extinta hace mucho, con el dulce aroma y sabor de tu vida, con el delicioso dulzor de tus mentiras,  y el amargo escozor de todo lo que eres en verdad... Rescataste mi corazón de la inmensa y abominable "nada" en la que estaba sumergido, para devolverme a un mundo caótico y turbulento de las emociones más intensas y dispersas que alguna vez haya sentido....

Me devolviste la esencia perdida de mi mismo, con ese extraño y contradictorio sabor que representa tan fielmente tu propia vida: Ese extraño y exquisito sabor, dulce y amargo, de chocolate con café, que me hiciste saborear desde mis labios a mi corazón, de mi corazón a mi mente, y de mi mente a mi alma.

Me dejaste un sabor de vida, que por mi mismo no podría haberlo lograrlo, ni podría repetirlo de ninguna forma. Me obligaste a llenar el hueco de mi alma con una vida que no es tuya sino la mía, la que me despertaste con la brusquedad y fuerza de un tornado que me hizo girar alrededor de ti por varios años.... Y por ello te doy las gracias desde lo más hondo de mi esencia.....

Porque a pesar de todas las traiciones y mentiras, de todo el dolor y sufrimiento, de toda la amargura y decepción que me hiciste sentir..... tu sola presencia salvo mi vida... ... con ese extraño y contradictorio sabor a chocolate con café, que endulzó y amargó mi vida, y que llenando el vacío de mi alma con los sabores y fragancias de tu ser.

Gracias por todo, Jimena, gracias por tu sabor a chocolate con café.

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